lunes, 2 de diciembre de 2013

IGUALDAD SOCIAL: CLAVE PARA UNA SOCIEDAD MÁS SALUDABLE


Portada de 'Las desigualdades perjudican'
La reducción de las desigualdades sociales debe ser un objetivo político prioritario si queremos lograr sociedades más saludables. Esta es la idea principal que nos transmite Richard Wilkinson en el libro ‘Las desigualdades perjudican’, y lo hace a través de diversos ejemplos y resultados de estudios internacionales que nos demuestran que “en las sociedades que presentan mayores diferencias de renta, la gente muere más joven”.


El estatus social

Partiendo  de que la estructura social dominante establece desigualdades socioeconómicas que implican estatus sociales diferenciados, este investigador británico nos explica cómo el estatus social bajo aumenta la ansiedad y se desencadenan factores de riesgo fisiológico para enfermar, por tanto las sociedades más igualitarias tienen mejor salud. En esta línea, uno de los estudios que se recogen en el libro encuentra diferencias muy significativas en los índices de mortalidad entre clases sociales (son dos o tres veces más altos entre las personas de capas más bajas) y suponen diferencias de 5 a 10 años entre ricos y pobres de un mismo país.


Procesos sociológicos
Wilkinson también presta atención a cómo los procesos sociológicos influyen en la salud. En este sentido, explica cómo el estatus social y la amistad constituyen formas opuestas de la manera en la que los humanos entran en contacto: o se basan en el poder, en las estructuras de dominio y subordinación, o se basan en la mutualidad y en las obligaciones sociales. Distinguiendo dos tipos de organización social: "agónico" ( poder y dominio) y "hedónico" (cooperación igualitaria).

Tras el dominio social subyace el acceso a los recursos, incluyendo las oportunidades reproductivas; el "poder del dominio de los recursos" tal como le llamó Pault Gilbert. Así la renta relativa y la desigualdad material se convierten en indicadores sociales importantes.  Y las alianza sociales  se convierten en recursos. Recursos como vínculos sociales de cohesión y no de exclusión social.

Perspectiva biológica

También  nos desgrana las explicaciones biológicas de cómo los procesos psicosociales que se generan ante la desigualdad influyen en la salud. En este sentido habla de cuatro factores de riesgo psicosocial para la salud:
1. Una baja posición social
2. Falta de amigos y contacto social limitado.
3. Falta de control adecuado sobre el propio trabajo o en la vida familiar y
4. Dificultades emocionales en la temprana infancia.

Subraya que cuando se padece un estado de ansiedad muy prolongado en el tiempo (similar al estrés crónico), se provoca en el organismo lo que se denomina Carga Aloestática, caracterizado por presión alta, resistencia a la insulina, obesidad central y niveles básicos de cortisol elevados, lo que a su vez ocasiona mayores riesgos de enfermedades cardiovasculares, cáncer e infección y deterioro de las funciones mentales en la edad adulta, por tanto, el estrés crónico es similar a un envejecimiento más rápido. Así la ansiedad crónica, como factor de vulnerabilidad general, ayuda a explicar por qué este amplio abanico de enfermedades son más comunes entre los sectores socioeconómicos más bajos.

Comparación social

Finalmente relaciona la comparación social, es decir, el temor a la inferioridad y la incapacidad respecto a los demás, con la salud y la identificación de las fuentes de la ansiedad crónica vinculada con el status social bajo.

La relación entre ansiedad social, amistad y calidad del entorno social es compleja, pero afirma que se reduce la ansiedad social cuando las diferencias de la renta y de status social son pequeñas y con unas normas de interacción social mejoradas y un entorno más incluyente y amable. El pertenecer a grupos locales tiene relación con la salud porque son indicativos de bajos niveles de ansiedad puesto que manifiestan sentimientos de aceptación y solidaridad.

Por último nos señala la relación entre las diferencias en salud física, mental y social de las personas al afirmar que en el mundo desarrollado encontramos que la mitad de las variaciones de la salud de la población parecen ser debidas solamente a las diferencias en las desigualdades de la renta, hecho observable en el índice de homicidios y en la cohesión social.

Richard Wilkison nos deja claro con este libro que cuanto menor es el grado de desigualdad socioeconómica, tanto más saludable es la sociedad, es menos estresante, aumenta la confianza entre las personas y son menos hostiles y violentas. Por tanto, la clave no está solamente en potenciar el crecimiento económico, sino en trabajar hacia una sociedad más igualitaria. Así no sólo reduciremos la brecha de salarios, sino la ansiedad, el estrés, la violencia, la vulnerabilidad y  por tanto, conseguiremos una sociedad más saludable y con mayor calidad de vida.







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Por DiazM,LopezM,PadillaMJ,SaldañaM

1 comentario:

  1. Excelente post, gracias.
    En esta línea os dejo una pequeña aportación que escribí hace unos meses par El País.
    http://sociedad.elpais.com/sociedad/2012/05/07/actualidad/1336392333_090577.html

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